Al momento, del total de personas que llegan al matrimonio, aproximadamente un 50% se divorcian. Es decir, qué es lo que afecta la capacidad para comunicarse, llegar a acuerdos y resolver los problemas en la pareja, qué hace que las compatibilidades ya no funcionen o qué hace que una pareja que se juró amor eterno, deje de amarse o llegue a odiarse y dañarse mucho, incluso a crímenes pasionales. En el presente taller se analizan casos dónde se observa cómo la pareja llega a perturbarse emocionalmente y quedar resentida. Igualmente se plantea la superación del resentimiento a través de la Terapia del Perdón planteada por Worthington (2001) adaptada a la pareja bajo un enfoque cognitivo comportamental desarrollado por Pérez desde el 2004 incluyendo en la actualidad los aportes de la ACT y las metáforas. Para esto se considera que el intercambio comportamental es función a una serie de creencias y/o expectativas de cómo debe ser la relación o la pareja, así como de las experiencias vividas y modelos dentro de los cuales ha vivido la persona o ha aprendido (familia y cultura). Igualmente el trato que la pareja brinda en las áreas de intercambio así como el cumplimiento de los códigos por los cuales se rige la pareja, es una expresión de las características de personalidad y temperamento así como de los niveles de conflictos y temores y de los esquemas cognitivos y experiencias vitales. Cuando la pareja se daña las reacciones a esto se refleja en lo que se denomina la insatisfacción y posteriormente si esto continúa en la perturbación emocional de sus miembros. Esto surge a partir de incompatibilidades no resueltas, expectativas reiteradamente no cumplidas y comportamientos que dañan o traicionan los códigos de ser Pareja (Infidelidad o comportamientos inmorales) siendo que la dimensión del daño está en la naturaleza del hecho así como de las interpretaciones que cada uno hace de acuerdo a sus creencias. El daño así lleva a la perturbación generándose un pensamiento recurrente, generalizado, horribilizado, catastrofizado y magnificado de los hechos con los que ha sido dañada, así las personas pasan a estar molestas, con cólera hacia el otro miembro y muchas veces quedan resentidos lo que cognitivamente les lleva a una visión tubular y una visión Negativa del Resentimiento. Pérez (2004) define el resentimiento como un sentimiento producto de la reminiscencia de sucesos dónde alguien ha sido dañado, ofendido, rechazado o experimentado indiferencia lo cual ha generado ideas y reacciones emocionales negativas, como cólera, ira, enfado o sentirse herido. En la pareja esto lleva a que haya una disminución del afecto, desamor, disminución de los efectos placenteros de la relación, disminución de los comportamientos gratificantes, disminución de la respuesta sexual, una baja tolerancia (irritabilidad o sensibilidad) condicionada al otro miembro, rencor, odio, ideas y comportamientos de rechazo, hasta ideas y comportamientos abiertos de venganza. A su vez se ha observado que puede tener implicancias en la salud física de la pareja tales como hipertensión, problemas cardiacos, paro, úlceras, diarreas, estreñimiento, colon irritable, problemas cerebrales como parálisis, disfunciones sexuales como ausencia de deseo sexual llegando a la aversión sexual, dolores musculares crónicos, movimientos espasmódicos, tics, dolores de cabeza crónicos, hasta pareciera que pueden acelerar el desarrollo del cáncer (está en estudio). Igualmente en el taller se presenta una escala para medir el resentimiento desarrollada por Mc Cullough et al. (2001) la cual ha sido adaptada clínicamente a la pareja por Pérez (2004). De cualquier forma el superar el resentimiento no es sencillo y tampoco se conocen formas de mejorar la capacidad de olvidar o eliminar malos recuerdos, sin embargo es posible transformar el dolor en sentimientos positivos como la compasión o el perdón. Pérez (2004) intenta definir operativamente el perdón como un proceso cognitivo, afectivo emocional en el cual se eliminan las etiquetas y reacciones emocionales negativas asociadas a sucesos que en el pasado hicieron daño. De cualquier manera, el lograr el perdón se choca con ideas contrarias a ellos como razones para no perdonar, tales como perdonar es injusto, puede evidenciar debilidad o estar a favor del que daña, impide la venganza que es correcta y natural. El perdón transforma la amargura en neutralidad o incluso en recuerdos de tinte positivo, no puedes hacer daño al culpable no perdonando, pero puedes liberarte perdonándolo, además que la salud física es probablemente mejor en quienes perdonan. Finalmente cuando va seguido de la reconciliación, el perdón puede mejorar sobremanera las relaciones con la persona perdonada, y más aún la persona que no perdona, no sólo hace daño a la pareja sino a sí mismo y a su entorno. En este marco lo dispuesto que uno está a olvidar una ofensa o daño por parte de la pareja no sólo depende de cómo valore racionalmente las ventajas e inconvenientes, sino también de la personalidad. Worthington (2001) ha generado una serie de pasos para llegar al perdón consignando pasos como, el desensibilizarse ante el recuerdo del daño, la empatía con el que hizo daño que implica el intentar comprender, desde el punto de vista de la otra persona, las razones por las cuales le hizo daño. De igual forma refiere lo que denomina el ejercicio altruista del perdón que implica decirse a uno mismo que es capaz de superar el daño y la venganza. Finalmente plantea un paso que implica el compromiso de perdonar públicamente asociado a lo que llama el engancharse al perdón.